Nothing is impossible for a woman
By Rosa Sanchez
Women can do anything, nothing is impossible for us, as women we are nurses, mothers, cooks, everything.
I get up at 7.30 a.m., while my girl is getting ready for school, I do some cleaning, I take her to school, then I go home and pick up the whole house, washing machines, scrub the floor and do everything around the house. I go down to the kiosk, set everything up and open it around 10 am. My kiosk is a small stand where I sell food and mostly drinks. It is my job and my sole form of income. I wait all morning and go upstairs at 2 o’clock to make lunch and eat. I go down at 3 o’clock with the food still in my mouth and I close the kiosk at 8 or 9 o’clock at night. I go home, make dinner, eat dinner, pick everything up and another day is over. I don’t stop all day.
Today, because I was so stressed out, my son told me to rest and he would open the kiosk…but he doesn’t usually work with me. Two times a week my son works with a friend and gets paid 20 or 30 euros depending on the day. I feel that there are many things, but I can do it. I am used to this day by day, for me it is normal, but, of course, there are days when I end up exhausted and I fall. I have been made to this situation because I have no other choice. I do everything. My little girl sometimes helps me but she goes to school and there is little she can do at home. So, for me, being a woman is everything. I am a woman for work, for the house, for the children and for everything.
Nada es imposible para la mujer
Las mujeres podemos con todo, no hay nada imposible para nosotras, como mujer semos enfermeras, madres, cocineras, de todo.
Yo me levanto a las 7.30 horas, mientras la niña se prepara para el instituto, voy fregando algo, la llevo al instituto, luego subo a casa y recojo toda la casa, lavadoras, friego el suelo y hago toda la casa. Me bajo al quiosco, lo monto todo y ya lo abro sobre las 10 de la mañana. Mi quiosco es una tiendecita, un puesto, en el que vendo comida y bebida sobre todo. Es mi trabajo y mi único ingreso de dinero. Atiendo toda la mañana y me subo a las 2 para hacer la comida y comer. Bajo a las 3 con la comida en la boca y ya cierro a las 8 o a las 9 de la noche. Subo a casa, hago la cena, ceno, recojo todo y se acabó otro día. No paro en todo el día.
Hoy, de tan estresada que estaba, me ha dicho mi hijo que me quedara descansando que él abría el quiosco… Pero él no trabaja normalmente conmigo, mi hijo se va dos veces a la semana a ayudar a un amigo y le da 20 o 30 euros según el día. Yo siento que son muchas cosas, muchas cosas para mí, pero yo puedo. Yo ya estoy hecha a este día a día, para mí es normal, pero, claro, hay días que acabo agotada y caigo rendida. Estoy hecha a esta situación porque no tengo más remedio… Yo lo hago todo, mi niña hay veces que me ayuda pero va al instituto y poco puede hacer en la casa. Entonces, para mí ser mujer es todo. Soy mujer para trabajar, para la casa, para los niños y para todo.
